“La capacidad para escuchar a escondidas las comunicaciones de la gente confiere un poder inmenso a quienes lo hacen. Y a menos que ese poder esté sometido a una supervisión y una rendición de cuentas rigurosas, casi seguro que servirá para cometer abusos. Esperar que el gobierno de EE.UU. haga funcionar una máquina de vigilancia masiva en completo secreto sin caer en sus tentaciones contradice todos los ejemplos históricos y los datos disponibles sobre la naturaleza humana”.
Sin un lugar donde esconderse: Edward Snowden, la NSA y el estado de vigilancia de EE.UU, Glenn Greenwald (Ediciones B, 2014)
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